La realidad plantea reto complejos. Este año, encontrar a los personajes que transforman a México implicó una tarea, no solo de selección, sino también de reflexión, valoración y consolidación. La sociedad mexicana se ha transformado. Los estragos de la pandemia, el impacto del clima, la carrera tecnológica, las transformaciones en el arte, la cultura y el entretenimiento comienzan a decantarse, y las prioridades, los conceptos y las ideas que antes dábamos por hecho tienen nuevas formas. Estamos ante una nueva realidad que necesita del esfuerzo, la tenacidad y la valentía de quienes encarnan el cambio.

Después de un recorrido como enólogo en importantes casas vinícolas, Hugo decidió separarse y fundar una bodega independiente. Casa de Piedra, ubicada en el fructífero Valle de Guadalupe, se ha convertido en un referente que ha elevado el nivel de la producción de vino, no solo de la región, sino de toda la industria mexicana. Esta casa vitivinícola nació a finales de los años 90 como una empresa familiar, en un viñedo de tempranillo y Cabernet, que después se robusteció con la llegada de Contraste, el resultado de empatar con un cultivo francés y otro californiano. El tiempo de experimentación ha concluido en el etiquetado formal de Espuma de piedra, un espumoso tradicional que complementa su catálogo.

La consolidación de su proyecto marcó un antes y un después en el Valle de Guadalupe que es hoy todo un referente en la industria.

Hugo D ́Acosta es uno de los grandes protagonistas de la revolución del vino mexicano, que ya ocupa un lugar privilegiado en el panorama mundial, y, aunque también es un estudioso profundo del fermentado, sabe que lo esencial es dejar que el vino hable por sí solo.